Letter to the editor
Challenges of vaccine
politics: implications for addressing hesitancy
Oche Joseph Otorkpa1* ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1516-2013
1 Department of
Public Health, School of Public Health, Texila
American University. Georgetown, Guyana.
Corresponding author: drochejoseph@gmail.com
Received: June 10, 2024
Accepted: August 5,
2024
There is a complex
interplay between vaccine politics and the pressing issue of vaccine hesitancy.
In recent years, the politicization of vaccines, especially in developing
countries, has increased the burden of disease, created major challenges to
public health efforts and complicated our ability to effectively address
hesitancy and ensure widespread immunization coverage.(1)
The politicization of
vaccines manifests itself in various forms, from debates over mandates and
funding to the amplification of misinformation for political gain, as well as
politicization of science. This politicized environment not only erodes public
trust in vaccines, but also undermines the credibility of scientific expertise
and evidence-based policymaking.(2)
One of the primary implications
of vaccine politics is the polarization of public opinion, where vaccination
decisions become entangled with partisan ideologies and political affiliations.
This polarization not only exacerbates vaccine hesitancy, but also frustrates
global efforts towards the implementation of cohesive public health strategies,
as health policy decisions become entangled with ideological debates rather
than being guided by scientific consensus and public health imperatives.
Furthermore, vaccine
politics can perpetuate the spread of misinformation and conspiracy theories,
as political actors exploit public fears and uncertainties for their own
agendas. The dissemination of misinformation erodes public trust in vaccines
and fosters a climate of skepticism, making it increasingly challenging to
combat vaccine hesitancy and promote evidence-based health practices.(3)
Moreover, vaccine politics
can lead to the erosion of public health infrastructure and funding, as
budgetary decisions are influenced by narrow political considerations rather
than public health priorities. This underinvestment in public health
infrastructure undermines our ability to effectively respond to disease
outbreaks and address the underlying factors contributing to vaccine hesitancy,
such as access barriers and health disparities.(4)
In light of these
challenges, it is important to recognize the far-reaching implications of
vaccine politics and its negative impact on efforts to address vaccine
hesitancy. Moving forward, we must strive to depoliticize vaccines and
prioritize evidence-based decision-making in our public health policies.
This entails:
Enhancing public
understanding of the scientific process and the rigorous safety and efficacy
evaluations that vaccines undergo can help counteract misinformation and
promote trust in vaccination programs. Encouraging bipartisan cooperation and
dialogue on vaccine-related issues across political divides can also promote
consensus-based approaches to addressing vaccine hesitancy.(5)
Advocating for sustained
investment in public health infrastructure and immunization programs is
essential to building resilient health systems that are capable of addressing
vaccine hesitancy and emerging infectious threats.(6)
The implementation of
targeted strategies to combat vaccine misinformation, including fact-checking
initiatives and media literacy campaigns, can help mitigate the threat posed by
the spread of false information and promote the dissemination of accurate
vaccine information.(7)
In conclusion, overcoming
the challenges of vaccine politics is crucial in our efforts to address vaccine
hesitancy and safeguard global public health. By promoting a collaborative and
evidence-based approach to vaccine policymaking, we can overcome existing and
future political barriers and work towards a future where vaccines are
universally recognized as a cornerstone of disease prevention.
Carta al Editor
Desafíos de la política de
vacunas: implicaciones para abordar la reticencia
Existe una compleja interacción entre la política de vacunación y el
apremiante problema de la reticencia a vacunarse. En los últimos años, la
politización de las vacunas, especialmente en los países en desarrollo, ha
incrementado la carga de morbilidad, ha planteado importantes retos a los
esfuerzos de salud pública y ha complicado nuestra capacidad para abordar
eficazmente las dudas y garantizar una amplia cobertura de inmunización.(1)
La politización de las vacunas se manifiesta de diversas formas, desde
debates sobre mandatos y financiación, hasta la amplificación de la
desinformación para obtener beneficios políticos, pasando por la politización
de la ciencia. Este entorno politizado no sólo erosiona la confianza pública en
las vacunas, sino que también socava la credibilidad de los conocimientos
científicos y la formulación de políticas basadas en pruebas.(2)
Una de las principales implicaciones de la política sobre vacunas es la
polarización de la opinión pública, en la que las decisiones sobre vacunación
se mezclan con ideologías partidistas y afiliaciones políticas. Esta
polarización no sólo exacerba la indecisión ante las vacunas, sino que también
frustra los esfuerzos mundiales por aplicar estrategias de salud pública
cohesionadas a medida que las decisiones de política sanitaria se sumergen en
debates ideológicos en lugar de guiarse por el consenso científico y los
imperativos de salud pública.
Además, la política de vacunas puede perpetuar la propagación de la
desinformación y las teorías conspirativas, ya que los actores políticos
explotan los temores y las incertidumbres del público para sus propios
intereses. La difusión de información errónea erosiona la confianza pública en
las vacunas y fomenta un clima de escepticismo, lo que dificulta cada vez más
la lucha contra la reticencia a vacunarse y la promoción de prácticas
sanitarias basadas en pruebas.(3)
Además, la política en materia de vacunas puede conducir a la erosión de
la infraestructura y la financiación de la salud pública, ya que las decisiones
presupuestarias se ven influenciadas por consideraciones políticas estrechas y
no por prioridades de salud pública. Esta falta de inversión en
infraestructuras de salud pública socava nuestra capacidad para responder
eficazmente a los brotes de enfermedades y abordar los factores subyacentes que
contribuyen a la indecisión ante las vacunas, como las barreras de acceso y las
disparidades sanitarias.(4)
A la luz de estos desafíos, es importante reconocer las implicaciones de
largo alcance de la política de vacunas y el impacto negativo que puedan tener
en los esfuerzos para hacer frente a las dudas sobre las vacunas. En el futuro,
debemos esforzarnos por despolitizar las vacunas y dar prioridad a la toma de
decisiones basadas en pruebas en nuestras políticas de salud pública
Esto implica:
Mejorar la comprensión pública del proceso científico y de las rigurosas
evaluaciones de seguridad y eficacia que tienen que cumplir las vacunas, puede
ayudar a contrarrestar la desinformación y promover la confianza en los
programas de vacunación. Fomentar la cooperación bipartidista y el diálogo
sobre cuestiones relacionadas con las vacunas por encima de las divisiones
políticas también puede promover enfoques basados en el consenso para abordar
la reticencia a las vacunas.(5)
Abogar por una inversión sostenida en infraestructuras de salud pública
y programas de inmunización es esencial para construir sistemas sanitarios
resistentes capaces de hacer frente a la indecisión ante las vacunas y las
amenazas de infecciones emergentes.(6)
La aplicación de estrategias específicas para combatir la desinformación
sobre las vacunas, incluidas las iniciativas de comprobación de hechos y las
campañas de alfabetización mediática, puede ayudar a mitigar la amenaza que
supone la difusión de información falsa y promover la difusión de información
precisa sobre las vacunas.(7)
En conclusión, superar los
retos de la política de vacunas es crucial en los esfuerzos para abordar la
reticencia a vacunarse y salvaguardar la salud pública mundial. Mediante la
promoción de un enfoque colaborativo y basado en pruebas para la formulación de
políticas sobre vacunas, podemos superar las barreras políticas existentes y
futuras, así como trabajar hacia un futuro en el que las vacunas sean
reconocidas universalmente como una piedra angular de la prevención de
enfermedades.
References/Referencias
1. Sellapperumage
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*PhD Public Health, Department
of Public Health, School of Public Health, Texila
American University, Georgetown, Guyana.